No existen pruebas que demuestren que las radiaciones de telefonía móvil perjudican la salud. Con este asunto no hay que alarmarse, pero tampoco parece lógico vivir completamente despreocupados.
- Tenerlo lejos. Aprovecha la tecnología sin hilos, pon el router alejado de tu lugar habitual de trabajo o emplea alargadores USB.
- Cuida tus partes. Si usas un portátil, utilízalo sobre una mesa y no colocándotelo entre las piernas. Por si acaso.
- Cuida a tus niños. No lo tengas en las habitaciones de los peques; son nuestros seres más queridos y delicados, pues su sistema inmunológico está aún sin formar.
- Desconecta. Trata también de reducir el uso del WiFi en casa, no es difícil. Aprende a conectarlo y desconectarlo, utilízalo sólo cuando lo necesites. Apagarlo por la noche, mientras dormimos. Supone además una reducción en el consumo eléctrico y, para los adictos a las descargas de Internet menos consumo de energia.
La cuestión es que, como el Wi-Fi funciona por radio y emplea el rango de frecuencia de las microondas, esto genera cierta intranquilidad social. Cada vez más personas se preguntan si es seguro o eventualmente podría ser perjudicial para la salud a largo plazo. A pesar de que se trata de una tecnología relativamente joven, sobre este tema encontramos todo tipo de opiniones y estudios.
No se conoce lo suficiente sobre los posibles efectos en la salud de la tecnología WiFi.
En cualquier caso, no hay ni consenso ni un estudio que demuestre al cien por cien que el Wi-Fi perjudique la salud.